jueves, 19 de marzo de 2015

LA LEYENDA DEL REY ERRANTE

TITULO:La leyenda del Rey Errante.
Nº DE PAGINAS: 210.
Nº DE CAPITULOS: 14 y epílogo.
EDITORIAL: El barco de vapor
EDICION: 12ª edición de SM
ESCRITOR/ RA: Laura Gallego García (premio el barco de vapor)


INICIO:

Walid ibn Huyr era príncipe de Kinda y al que le apasionaba la poesía. Un día le dijo a su padre el Rey, que si podía ir a un concurso de profesionales de poesía en Ukaz pero este le contestó que antes de ir tan lejos, que le demostrara que podía ganar en el concurso de Kinda.
Y así fue, se presentó, y todo el pueblo decía que el príncipe iba a ganar, pero antes de él, estaba un hombre desconocido, con malas vestimentas,
llamado Hammad ibn Haddad, con una casida perfecta y llena de sentimiento; todo el mundo aplaudió, era el preferido.
Poco después apareció el casida de Walid, perfecta pero sin sentimiento, se llevó aplausos, pero no los suficientes que se llevó Hammad.
Evidentemente ganó Hammad y se llevó un saco de oro.
Al año siguiente volvieron a convocar el certamen y volvió a ganar el saco de oro Hammad.
Y al siguiente certamen, se ofrecía el saco de oro y el puesto de historiador, y volvió a ganar Hammad, con su rawi, Amir ibn Hammad.

NUDO:
Como el puesto de historiador duraba toda la vida, Hammad no quería aceptarlo porque el vivía lejos y tenía familia e hijos, pero accedió porque el Rey se ofendería. A cambio de que cuando terminara se iría y le dijo Walid que lo que Hammad había dicho más una alfombra a su gusto.
Hammad, con su esfuerzo y dedicación, terminó el trabajo en tres años y se lo enseñó al principe Walid y cuando le dijo a Walid que como quería la alfombra, él ya ni se acordaba, pero como Walid no quería que saliera de palacio, le dijo que representara la historia de la humanidad.
Hammad se entristeció y empezó ha tejer la alfombra. Tiempo después, se volvió loco, y más adelante, ciego. Ahí, en ese punto, le dijo que se fuera, pero no accedió, quiso terminarla... y cuando la terminó, se murió de agotamiento.
Tras la muerte, al Rey y Hammad le robaron la alfombra, fue su rawi, despedido tiempo atrás y dos hombres más.
Walid, en ropa de dormir, cogió un caballo e intentó perseguirlos, pero iban demasiado rápido y su caballo se cayó rendido. A pesar de ello él siguió andando hasta que se desmayó.
Al despertarse se encontró en una especie de tienda de un grupo de bandoleros y uno de ellos se llamaba Sayf y Walid se hizo bandolero.
Un día le preguntó a Sayf cuál era su nombre y le dijo que nadie lo sabía y le dijo que de pequeño vivía cerca de Kinda y que su padre se presentó a un concurso de poesía y que ganó tres sacos de oro; y Walid le dijo que se llamaba Amir y su padre Hammad y le contó toda la historia. Así, le dijo que le matara y él no lo hizo a cambio de no volverle a ver más.


DESENLACE:

Walid se fue y se hospedó en un poblado en el que se enamoró de Zhara y le contó que vino un hombre con una alfombra y al entregársela a una persona para que se la diera a alguien, se suicidó.
Allí, él era feliz, y era pastor de camellos y su compañero era muy buen amigo, y se llamaba Hasan. Le dijo que su padre era tejedor de alfombras y dejó a su familia con el saco de oro que su padre le había regalado para dedicarse a esto, su sueño, y Walid se dio cuenta de que Hasan era el segundo hijo de Hammad, pero no le dijo nada y se preparó para irse.
Al Walid continuar el viaje, Zhara quiso acompañarle y Walid le contó porque quería la alfombra y averiguaron hacia donde se habían llevado la alfombra para dársela a otra persona. Visitaron a la otra persona que le robó y le dijo que donde estaba la alfombra y le dijo que la tenía Hakim, pero le dijo que estaba en Damasco.
Así se fueron a Damasco y encontraron El Camello Rojo, donde la esposa del segundo ladrón les dijo que podrían encontrarle, entró Walid y Zhara se quedó fuera. Al entrar, el tabernero le preguntó que deseaba, y él le dijo que buscaba a Salut el escurridizo y le sobornó porque el tabernero no sabía quien era, y al sobornarle, se acordó, y señaló a un pequeño hombre y Walid volvió a repetirle la pregunta y le dijo que era él, y le preguntó por Hakim y y no sabía quien era y que le preguntara a al-A'sa, ciego. Al siguiente día volvió a preguntarle y no había ningún Hakim. Al salir de la posada un grupo le partió las piernas y un buen hombre le llevó al palacete de su jefe y allí se habitó durante meses hasta que se recuperó, y cuando lo hizo, el dueño de la mansión le ofreció ser su ayudante y poco después, su socio.
Pero Walid no se había olvidado de la alfombra ni de Zhara; así que cada vez que llegaba a alguna ciudad empezaba a mirar alfombras y describir a Zhara, pero ni rastro.
Un día, Raschid le contó su vida y se dio cuenta de que él era el hijo mayor de Hammad.
Un día, paseando por Hegra, fueron a robarle y Walid le cogió la mano y se dio cuenta de que era Zhara.
Se fueron sin despedirse y fueron al escondite de al-A'sa y... descubrieron que era Hakim, así que le preguntaron que dónde estaba la alfombra y le dijo que la había quemado pero como vieron un bulto en la oscuridad, y lo destaparon y resultó ser la alfombra, la que le había hecho a Hakim arrancarse los ojos.
Walid se fue solo hacia Kinda, ha dársela ha Amir, aunque le matase y cuando caminaba por el desierto, vio un tornado producido por los djins y, de repente, se encuentra con que Amir le mataba, y a continuación, en una tienda, con los tres hermanos y Zhara.
Walid vio que aquel hombrecillo del turbante rojo era su djin.
Partieron la alfombra en 4 y se la repartieron.
Walid se presentó al concurso de Ukaz y ganó.

Fin

1 comentario:

  1. Estimada.
    Es posible que me envíe el libro en pdf.?

    Saludos
    claudiojimmygonzalez@gmail.com

    ResponderEliminar